domingo, 10 de junio de 2012

Pero...¿es un rescate o no es un rescate?


A pesar de la importancia que supone un rescate económico, tienden a obviarse por parte de la clase política las peculiaridades, pormenores, exigencias y sacrificios que ello conlleva. Es por ello que resulta interesante en estos tiempos que corren dejar claras las diferencias entre los tipos de rescates, con el fin de entender lo que está ocurriendo y conocer las contrapartidas que se derivarán de ello, a tenor del rescate a los bancos españoles hecho público el día 8 de junio de 2012. 
De esta forma, aquí se exponen algunas claves para entender la diferencia entre rescate a los bancos y al país.
Primera: la principal diferencia entre rescatar al país o a su banca es que, cuando el Eurogrupo aceptó financiar el agujero de la banca, sin que España sea rescatada, nuestro país garantizó mantener su soberanía y evitó una fuga masiva no ya de depósitos, sino de inversión extranjera (lo que hubiera sido definitivo).
Aunque sería iluso pensar que las líneas maestras de la política española no están condicionadas por Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde mayo de 2010, la diferencia entre la situación actual y ser gobernado por una troika formada por el FMI, el BCE y Bruselas es enorme”.
En el caso de que el rescate hubiera sido destinado al país, como la única prioridad del BCE, del FMI y de Bruselas sería recuperar el préstamo, aplicarían desde el primer día medidas aún más drásticas que las ya aplicadas dirigidas a garantizar el cobro: mayor despido de funcionarios, mayor rebaja de sueldos, bajada de las pensiones, mayor retraso de la edad de jubilación, mayor recorte de las ayudas sociales, mayor subida de impuestos, mayor congelación o recorte de inversiones públicas...
Ahora, en cambio, “estas decisiones tan drásticas se deberán aplicar en las entidades rescatadas, que deberán sufrir duros ajustes de plantilla, oficinas y sueldos, además de que deberán verse obligadas a vender todo lo que puedan para devolver cuanto antes el dinero.
Pero el resto de los ajustes, los que afectan al país, seguirá decidiéndolos el Gobierno”, aunque con las directrices que le llevan marcando: Europa, sus propios intereses ideológicos neoliberales y sus concepciones elitistas-religiosas-conservadoras.
Segunda: el caso de España ha obligado a romper las reglas. La normativa hasta ahora exigía que los países pidan un rescate para poder inyectarles dinero, y en este caso no ha sido así.
¿Por qué se le ha concedido este privilegio? Las razones son muchas, pero detrás está, innegablemente, que Europa no se puede permitir rescatar a España como país pues no sólo supondría un suicidio económico para Europa”, sino que rompería el último dique de contención que frena la ruptura definitiva de la UE, (tras ello la caída de Italia sería inminente, lo que arrastraría también a Francia y al euro). También debe tenerse en cuenta que este rescate se produce en un momento muy interesante, pues en unos pocos días se celebran las elecciones en Grecia y hay que presionar para que el gobierno que allí se imponga sea un buen títere. Tampoco menospreciar que el miedo que infunde este mal entendido rescate en la población española la hace aún más proclive a la resignación hacia los recortes recientemente aplicados y los nuevos que van a llegar, al tiempo de que la celebración de la Eurocopa se convierte en un dulce elixir que atontece las mentes, creando el cócktail apropiado de shock y circo que transforma a la población en un rebaño dócil de borregos.
Tener en cuenta que “Alemania ha terminado aceptando esta inusual forma de rescate, asustada por la amenaza que llegó el viernes por parte de Moody's, de que las tensiones en la eurozona podría llevarle a perder su triple A, y por las presiones de Estados Unidos, FMI, BCE y Comisión Europea, que llevan tiempo pidiéndole saltarse las reglas.
Tercera: El FMI supervisará la inyección a la banca, no participará en ella, punto crucial, porque todo rescate incluye su presencia. Por tanto, no es sólo que la troika no aterrizará mañana en Moncloa, sino que el Fondo Monetario, al quedarse fuera, marca las distancias con lo que sí es un rescate.
Cuarta: Según el acuerdo la propia banca deberá pagar el grueso de su rescate, no los ciudadanos, como sí ocurre cuando se rescata a un país. Esto es así porque el Gobierno previsiblemente nacionalizará la mayoría de las entidades que pidan ayuda (si no todas), como ha hecho con Bankia, y una vez saneadas, las venderá para devolver el dinero.
Según el FMI, el 70% sector financiero español está sano, y sólo un 30% necesita ayuda. Si estas cifras se cumplen, cuatro bancos tienen garantizada su nacionalización: Bankia, Novacaixagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia. Ellos cuatro ya representan el 20% del sector.
¿A quién se venderán? La pregunta del millón, pero no se puede descartar que entonces Europa se cobre parte de la ayuda española y dentro de unos años veamos a un gran número de entidades extranjeras haciéndose con un tercio de nuestro sistema financiero.
Por el camino, eso sí, todos los españoles pagaremos la ayuda a la banca, porque como reconoció el propio Guindos, los intereses de ese crédito computarán como déficit y, hasta que se vendan los bancos y se salden los préstamos, esta irá sobre las espaldas de todos los ciudadanos en forma de deuda pública”.
Quinta: ¿Dónde está el presidente del gobierno? Al día siguiente de hacerse público el rescate para los bancos, según estaba planeado marcha a Polonia a ver el estreno de la selección española de fútbol en la Eurocopa, pero antes, y debido a la presión mediática, debe realizar una comparecencia pública en la que no aclaró mucho más de lo que el ministro de economía dijo el día anterior. También resulta llamativo que fuera el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien diera la cara el día que se hace pública la noticia del rescate a los bancos.
Esta escenografía demuestra que España como país no era la que pedía el rescate, “porque esa labor correspondería al presidente del Gobierno”.
Por último, se debe tener muy clara esta diferencia en el rescate recibido, ya que podría ser utilizado para justificar más recortes que afectarían nuevamente a la sociedad, cosa que carecería de cualquier lógica, ya que en estas circunstancias los que deben hacer los recortes son los Cajas y Bancos.
¿Qué sería lo exigible en esta situación?
Como ciudadanos, aparte de exigir una explicación clara y razonada con todo detalle de lo que ocurre y, de exigir y hacer que los culpables de esta situación respondan por ello, deberían también exigir una exposición detallada de las contrapartidas de este rescate, es decir ¿cómo afectan a la sociedad? Y ¿qué van a tener que hacer los bancos y cajas afectados?.


Adaptación libre de :



jueves, 7 de junio de 2012

¿Qué es la democracia? ¿Existe hoy en día?



DEMOCRACIA, palabra acuñada por los atenienses en la Antigua Grecia para definir un sistema de gobierno de la ciudad en el cual las decisiones eran tomadas por la Asamblea de Ciudadanos y no por un rey o emperador, como ocurría en otras ciudades o imperios de la antigüedad. Este sistema de gobierno, aunque con algunas limitaciones, se basaba en la selección de representantes por sorteo y en las decisiones en otros casos por mayoría, y les permitió liberarse de la oligarquía que les había oprimido durante años (gobiernos aristocráticos o tiranos). La democracia significaba la igualdad ante las decisiones y ante la elección de decisiones, y no la elección de personas encargadas de decidir.

Durante el siglo XVIII, en medio de un contexto de absolutismo político, el ansia por encontrar un sistema político más justo y equilibrado dio un nuevo balón de oxígeno al concepto de democracia. Un grupo de importantes ilustrados tales como Montesquieu, Voltaire y Rousseau, fueron los responsables intelectuales de ello, plasmando sus ideales en escritos como ”El espíritu de las leyes’’ o ”El contrato social’’, donde entre otras cosas hablaban de la importancia de aspectos como la división de poderes, soberanía nacional e igualdad social. Dichos ideales impulsaron y alentaron grandes fenómenos revolucionarios que acabaron con el absolutismo: el Proceso de Independencia de los EEUU (1775-1783) y la Revolución Francesa (1789-1799).

Tras la Revolución Francesa y la caída de Napoleón, en Europa se inicia la época de la Restauración, en la cual los tenues logros del sistema democrático no sólo desaparecen sino que son perseguidos, produciéndose una vuelta al absolutismo, lo que a su vez suscitó la aparición de tres corrientes de pensamiento -el Liberalismo, el Romanticismo y el Nacionalismo- que ejercieron también una notable influencia en el desarrollo de la democracia. Dichas ideologías generaron importantes oleadas revolucionarias en las décadas de 1820, 1830 y en 1848, que fueron minando el sistema de la Restauración y abriendo un nuevo camino a la corriente democrática.

La I Guerra Mundial (1914-1918) posibilitó la aparición de ideales que abogaban por la mejora y consolidación de los sistemas democráticos. Un ejemplo lo constituyeron algunos de los puntos que Wilson recogió en su propuesta de 14 principios, que pretendían constituirse en la hoja de ruta a seguir tras la finalización del conflicto bélico, con el fin de configurar un mundo más justo y equilibrado. Entre esos puntos el derecho a la autodeterminación de los pueblos, la creación de sociedades justas y democráticas o la igualdad eran ideales que volvían a enarbolarse como objetivos fundamentales a conseguir. El problema fue que, el deseo de los vencedores de castigar a los vencidos o el posterior crack de 1929 durante el periodo de entreguerras, hicieron que se dejaran a un lado estas buenas intenciones y que se culpara a la democracia de todos los desmanes económicos y abusos políticos que hundieron en la más absoluta de las miserias a muchos países sobre todo europeos. Fue así como los totalitarismos ganaron terreno, socavando los principales puntales que sostenían el frágil edificio de la democracia hasta llegar a derribarlo, ocupando su lugar y demostrando con ello la debilidad de un sistema que, a pesar del trayecto recorrido, parecía ser menos sólido de lo que se pensaba.

Nuevamente un conflicto mundial, la II Guerra Mundial (1939-1945), pareció ser el revulsivo que el mundo necesitaba para recordar la importancia de construir y defender la democracia por encima de cualquier imponderable. Una vez finalizada esta, el deseo de construir unas sociedades más justas y de superar los errores que permitieron el triunfo de los totalitarismos y el estallido de la II GM llevó en algunos países a la creación de sistemas basados en la división de poderes, la igualdad jurídica y social así como a la creación de sistemas de seguridad social que pudieran garantizar la igualdad de oportunidades y el derecho a los servicios básicos (Educación y Sanidad). Pero nuevamente el interés económico y las ansias de poder se cruzaron en este tortuoso camino.

La Guerra Fría -agónica lucha entre el bloque comunista y el capitalista- se constituyó en el escenario ideal para la paralización de cualquier intento realmente democrático, pues los integrantes de ambos bloques eran dirigidos por el Kremlin y la Casa Blanca respectivamente, quedando relegados la autodeterminación, la división de poderes o la igualdad. Por el contrario, tanto desde Washington como desde Moscú, se dirigían los destinos de la mayor parte del mundo, surgían conflictos fraguados al calor de los intereses de las dos grandes potencias, o estas intervenían directa o indirectamente en aquellos escenarios que les interesaban provocando enfrentamientos o favoreciendo la implantación de dictaduras proclives a seguir las directrices marcadas por los EEUU o por la URSS.

A partir de los años 80 del siglo XX, la decadencia de la URSS anunciaba lo inevitable, su desaparición. Por el contrario, los EEUU se hacían cada vez más fuertes, y, a pesar de haber perdido parte de su influencia política sobre otros estados, su influencia económica era cada vez mayor. Fue entonces cuando la doctrina NEOLIBERAL encontró el cauce apropiado para extenderse. Desde los EEUU Ronald Reagan y desde el Reino Unido Margaret Thatcher se convirtieron en los principales paladines de esta ideología que defiende reducir al mínimo la intervención del Estado, tanto en materia económica como social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país. Esta ideología que prima el individualismo, la feroz competencia y la búsqueda del máximo beneficio personal, en la práctica genera enormes fracturas sociales entre las clases altas y bajas, la reducción o eliminación de derechos y libertades para la mayor parte de los ciudadanos, la puesta en entredicho del principio de división de poderes y el aumento de la explotación de los grupos menos favorecidos. Dicha doctrina comenzó extendiendo sus tentáculos por los mercados financieros, de ahí saltó a la política hasta comenzar a introducirse en otros ámbitos como la educación, la justicia u otros de carácter social.

Llegados a este punto cabe preguntarse ¿existe realmente la democracia hoy en día?

La respuesta es no. Una mirada tanto dentro como fuera de las propias fronteras nacionales nos muestra con claridad que realmente no existe un verdadero sistema democrático en el mundo. Las pruebas nos son ofrecidas todos los días en los medios de comunicación: casos de corrupción política y económica que no son investigados o que son archivados saliendo los principales implicados libres de toda culpa e incluso reforzados mediáticamente y premiados económicamente; casos de abusos de poder o de malversación de fondos públicos por parte de jueces, políticos o altos representantes del mundo económico que no son castigados por ello y siguen ejerciendo con mayor impunidad y descaro sus tropelías; casos de abusos de algunos sectores de las fuerzas del orden por expreso mandato de autoridades políticas; diferencias en la aplicación de la justicia en función del nivel económico (menos tienes mayor castigo recibes); evidencias de la inexistencia de una verdadera división de poderes, al ser designados por políticos los máximos representantes de la justicia según su filiación ideológica; al existir leyes electorales que coartan el principio fundamental de toda democracia -Una persona, un voto-; al acabar con el principio de igualdad social recortando o eliminando derechos sociales básicos como la sanidad o educación, o cargar sobre un sector la mayor parte de los esfuerzos que se deben realizar para salir de una crisis; al imponerse el poder ejecutivo por encima del legislativo y judicial, constituyéndose estos dos últimos como poderes al servicio del primero; al intervenir económica, política, militarmente, o todas ellas a la vez en países (con las excusas más variadas), coartando el principio de autodeterminación y decisión de los pueblos, con el objetivo de exprimir sus recursos económicos al máximo; al manipular a la población con el fin de que acepte una serie de imposiciones que van en contra de los más básicos principios democráticos, y que son presentadas como necesarias e irremediables...

Tras todo ello surge otra pregunta ¿existe alguna esperanza para la implantación de un verdadero sistema democrático?

Para dar respuesta a esta pregunta habría que echar un vistazo a la historia. Como se ha apuntado la democracia ha sido uno de los objetivos que un sector de la humanidad ha intentado alcanzar muchas veces, el problema es que tristemente todos los logros democráticos han ido precedidos de grandes enfrentamientos sociales.

Entonces, ¿no es posible alcanzarla de ninguna otra forma?

Como diría Arquímedes, siempre hay caminos alternativos para alcanzar el mismo fin. Pero para ello la sociedad debe ser consciente del poder que realmente tiene y exigir en consecuencia la implantación de un verdadero sistema democrático y justo. La unidad, la coherencia en las decisiones tomadas, la exigencia de los derechos de una sociedad a su clase política (que debería ser el ejemplo más puro de los ideales y comportamientos democráticos, así como poseer la formación y preparación adecuadas para ejercer sus responsabilidades y ser responsables de las decisiones que tomen), y la expresión contundente, rotunda y fuerte de su rechazo a una linea política que coarta un verdadero sistema democrático pueden ser las claves apropiadas para conseguir el fin deseado.

Quizás una imagen valga más que mil palabras...







Artículo elaborado por los alumnos de 1º de Bachillerato Carla Escobedo Ortiz y Nicolás Ariel Tesone Álvarez.

Supervisado y corregido por RYL.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Valores? ¿Qué valores?

Imagen: http://d1061917.domain.com/valores.humanos.htm
            Vivimos en una sociedad en la que podemos disfrutar de muchos de los importantes avances y logros que se han consolidado a lo largo de la historia. Entre esos avances podemos resaltar la consolidación de unos derechos sociales que, aunque actualmente se están viendo atacados con la excusa de la crisis, nos han permitido disfrutar  de mejoras en lo referente a la libertad de expresión así como en el progreso y desarrollo.
            Pero, ¿qué hay de los valores universales?
            El respeto, la educación, el compromiso, la honradez, la tolerancia, la bondad, la solidaridad, la constancia, la humildad, el tesón, el esfuerzo, el buen hacer, son algunos ejemplos de esos valores clásicos, de los que tanto hablan políticos, religiosos, ideólogos, literatos ... que hoy en día prácticamente se han perdido, se reinterpretan según el interés o casi ni se respetan. Diariamente asistimos a un continuo ataque hacia esos valores desde los más diversos ámbitos como el de: los medios de comunicación, la política, los mercados financieros, la religión, el deporte y tantos otros que condicionan o influyen en nuestras vidas.
            Una fugaz mirada a nuestro alrededor nos muestra a políticos corruptos, que mienten o carentes de escrúpulos que, curiosamente, son reelegidos en los puestos que ocupaban, continúan ocupando cargos de responsabilidad o aparecen como candidatos en nuevas listas electorales. Observamos cómo líderes religiosos que afirman que "la solución a la crisis de los valores es Dios", o que hablan de la necesidad de respetar unos valores fundamentales (que supuestamente ellos representan), no contribuyen apropiadamente ni facilitan la persecución y castigo de aquellos individuos de su ámbito que han cometido graves y lamentables delitos, o no reparan en generar enormes gastos millonarios a la hora de realizar actos propagandísticos de masas, mientras en el cuerno de Somalia mueren de hambre millones de personas (la mayoría niños), que podrían haberse salvado o mejorado su situación si ese gasto se  hubiera destinado a ayudar al prójimo en vez de en buscar notoriedad. Millonarios, religiosos o no, acumuladores de grandes fortunas y tesoros (algunos patrimonio de la humanidad), instan al común de los mortales a realizar actos de caridad, a ayudar al prójimo o a dar donativos, sobre todo tras grandes tragedias, mientras ellos apenas ceden unas migajas de las inmensas fortunas que tienen o ni siquiera dan ejemplo de colaboración o humanidad, colaboran soterradamente en la evasión fiscal y blanqueo de dinero, mantienen negocios (a veces muy sucios) ocultos y siguen manteniendo su posición de poder a costa del prójimo. Artistas, deportistas, famosetes varios… con más o menos glamour y de los más diversos ámbitos sociales, que dignamente se autoerigen o son erigidos por campañas publicitarias, cadenas televisivas o por el dinero de papá como referente o modelo de valores a imitar, recalcan a la población que debe cumplir y mantener esos ilustres valores que ellos acaban mancillando o pisoteando en platós televisivos, encuentros deportivos y diferentes actos y situaciones lamentables.
            Estos tristes comportamientos acaban siendo imitados por el común, sobre todo por los más jóvenes, que ven en esos personajes sus ídolos, referentes, o modelos a seguir. Así la hipocresía; la mentira; la envidia; el rencor; las faltas de respeto, solidaridad o humanidad; la avaricia; la desidia; la vulgaridad; el desprecio; el insulto; la barbarie y violencia; el descaro o las malas formas se han acabado imponiendo como los valores universales que rigen hoy en día en nuestra sociedad.
            A la vista de ello todo indica que tristemente, al igual que otros aspectos y cuestiones de la vida, la adquisición y consolidación de unos correctos valores universales de comportamiento y conducta, esenciales para la consolidación de una sociedad más justa y humana, se convierten en última instancia en responsabilidad de las familias y de uno mismo.
 
Contesta a las siguientes cuestiones:
-.¿Por qué es importante conservar y respetar unos correctos valores universales de comportamiento y conducta? ¿Cómo intentarías conseguir fomentar esos valores en la sociedad?

 -.Pon algún ejemplo actual en el que creas que se refleja con claridad la crisis de los correctos valores universales y di por qué.

-.¿Crees que has pisoteado con tu comportamiento o actitud en algún momento alguno de los correctos valores universales? ¿Por qué crees que lo has hecho?

-.¿Cómo pueden influir los negativos valores en una sociedad? ¿y los positivos?

-.¿Crees que la crisis de los correctos valores universales tiene algún tipo de repercusión en la crisis económica actual? Razona tu respuesta. 

lunes, 11 de julio de 2011

¿Para qué sirve la educación y tener un nivel cultural?

           
imagen: http://www.sateliteclasea.com/la_cultura_t.e.c.html
           Es llamativo que en pleno siglo XXI cada vez se de menos valor a la educación y a tener un nivel cultural apropiado. Esto se demuestra casi diariamente en los medios de comunicación que parecen esforzarse en proponer modelos de personas lamentables a imitar, generalmente caracterizados por el analfabetismo, soberbia, arrogancia, atrevimiento (¡qué atrevida llega a ser la ignorancia!), la ligereza a la hora de emitir juicios personales sobre todo en tertulias mediáticas, donde se les hace compartir plató (o más bien circo) con personas que nadie sabe qué se les pasó por la cabeza a la hora de sentarse frente a semejantes monigotes,  o caracterizados por su predisposición a menospreciar o a no valorar en su justa medida las cosas, acontecimientos o personas, o también por su ligereza a la hora de despilfarrar, consumir o incentivar ambos comportamientos.
            También nos venden casi diariamente arquetipos de modelos a imitar del mundo de la fama, ya sean actores, deportistas, cantantes, famosetes en general, que en algunos casos participan en campañas que nos incentivan a consumir o que nos presentan en revistas y demás medios de comunicación para que envidiemos sus éxitos  o nos regodeemos en sus desgracias.
            Sea como sea el objetivo de todo esto no es nuevo, ya lo pusieron de moda los líderes romanos en la antigüedad, al darse cuenta de que la estrategia de "Pan y Circo" funcionaba, o lo que es lo mismo "Alimento y Entretenimiento", es decir conseguir que la población tenga un nivel de abastecimiento alimenticio básico y que esté distraída para que no piense en la manipulación y el engaño continuo a los que está siendo sometida, ni desee pensar (como dijo aquel sabio callejero "pienso, luego estorbo") ya que si lo hacen empezarán a cuestionarse muchos de los aspectos negativos del sistema (que benefician a un muy reducido grupo de personas) y podrán convertirse en un peligroso e imparable enemigo al que parar los pies. Desde los medios de comunicación (muy controlados por unos intereses concretos), grupos religiosos, grupos económicos o grupos políticos asistimos casi diariamente a una continua manipulación informativa,(consultar este enlace sobre las 10 técnicas más comúnes de manipulación mediática por Noam Chomsky) a veces ocultando asuntos que no les conviene que salgan a la luz, a veces tergiversando hechos acaecidos, a veces omitiendo toda la información y sólo mostrando la que se necesita para infundir, justificar o descalificar un mensaje, hecho o idea, o a veces distorsionando toda o parte de la verdad con un objetivo: adiestrar, amansar, aborregar y crear una población a la que conducir por la senda deseada, que no es ni más ni menos que la de una mano de obra dócil que siga soportando envites de todo tipo (económicos, políticos, ideológicos ...) a los que se le somete sin que protesten o consiguiendo que las protestas se diluyan y pierdan fuerza. Es más fácil y deseado emitir o repetir programas de entretenimiento-atontamiento que programas que nos informen de los continuos problemas que nos afectan o que nos van a afectar, o que nos hagan reflexionar sobre lo que puede ocurrir si seguimos actuando de una forma u otra. Es más fácil dedicar el menor tiempo posible a noticias de una gran relevancia que a "supuestas noticias" de menor importancia. Es más fácil centrarse en destripar los entresijos más banales e intrascendentales de una noticia que centrarse en lo que realmente importa de la misma. La excusa es bien clara y en su nombre todo queda justificado, "los todopoderosos niveles de audiencia determinan la programación", pero, si estos medios al igual que hacen ahora se decantaran por emitir programas culturales, informativos, reflexivos más que por programas de carnaza, alcahueteo y creadores de una falsa necesidad, ¿no tendrían niveles de audiencia similares a los actuales?
            La manipulación o desinformación trasciende los medios de comunicación y está extendiendo sus tentáculos al sistema educativo, algo que no es nuevo y que ya se puso muy de moda en sistemas de tipo totalitario o dictatorial (recuérdese la famosa frase del ministro de propaganda de la Alemania Nacional Socialista, Joseph Goebbels, de "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", o su máxima: la carencia y manipulación de la información nos permitirán mantener el control). Esto se observa en la tendencia a fomentar sistemas privados de educación y a deteriorar, hasta llegar a aniquilar, el sistema de educación público. Cuanta más gente carezca, gracias al deterioro de la educación que hemos citado en último lugar, de unos niveles necesarios y apropiados para culturizarse, más fácilmente serán aborregables y manejables. Por otro lado, sólo las élites podrán alcanzar un nivel adecuado que les garantizará el éxito y reemplazar a sus sustentadores en las cotas de poder. Se va de esta forma acabando con los logros, que tanto tiempo, esfuerzo y sangre costaron, configurando nuevamente un modelo de sociedad similar al de épocas antiguas como la Edad Media, donde sólo un grupo reducido de la población y pertenecientes a estamentos privilegiados (realeza, nobleza o clero) detentaba el control del resto, lo que les reportaba a su vez un ingente beneficio económico, mientras la gran mayoría (analfabeta, adiestrada y sometida a un rol que le habían impuesto y asumido de padres a hijos) soportaba las penurias, persecuciones y abusos que les hundían en la más absoluta miseria. 
            Muy interesante en este sentido es la obra "La escuela de la ignorancia" de Jean-Claude Michéa, que trata de cómo para mantener la economía mundial solo será necesario el  20% de la población activa y cómo los líderes de los estados, siguiendo las directrices de aquellos que manejan el sistema capitalista, tienen que encargarse de eliminar la educación pública, creando analfabetos sin juicio crítico, ciudadanos sumisos que no generen problemas y que se sientan satisfechos con lo que el mercado les proporciona (tittytainment: "cóctel de entretenimiento embrutecedor y de alimento suficiente que permitiera mantener de buen humor a la población frustrada del planeta").

Tras leer esta entrada, responde a las siguientes preguntas:
¿Qué ejemplos has conseguido ver en la actualidad de manipulación o distorsión informativa? 
¿Qué importancia tiene para tí adquirir un nivel cultural apropiado?
¿Es necesario aprender cosas a las que ahora no se darles el valor que tienen o no le encuentro una utilidad evidente? ¿Por qué?
¿Qué puede ocurrirme si no aprovecho el tiempo ni los recursos puestos a mi alcance y me dejo llevar por la sensación de que existe un mundo en el que el éxito es fácilmente alcanzable?
¿Cuáles son las técnicas de manipulación más comunes que se aplican hoy en día?
¿Qué peligro amenaza a una sociedad desinformada, desactivada en su interés por saber y que no se cuestiona los problemas cotidianos?
¿Es importante estar informado de lo que ocurre y consultar diariamente diferentes medios de comunicación? ¿Por qué? 
¿Qué debo hacer con la información que recibo a través de los diferentes medios?

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Para qué sirve la Historia?

http://www.matuk.com/2010/12/02/el-quijote-en-youtube/


            Inicialmente, siempre surgen tres preguntas clave cuando se habla de Historia:
¿Para qué estudiar la historia si cuando quiero saber algo, (si es que quiero), lo consulto en internet o lo miro en un libro o veo una película sobre el tema?

¿Para qué aprender todas esas cosas de memoria?

¿Por qué me hace falta saber tantas cosas que ya han pasado y no me sirven de nada?

            Conocer la historia no sólo nos ayuda a entender lo que ocurrió en el pasado, sino también lo que ocurre en el presente. Problemas, conflictos actuales, nuestra propia forma de ser, cultura, tradiciones arrancan en el pasado.
            No conocer la historia, o la propia historia de un país, es no conocerse a uno mismo ni al mundo que nos rodea.
            Una gran ventaja en la actualidad es la facilidad que tenemos al acceso de la información, no sólo mediante fuentes de información tradicionales, sino también mediante la gran diversidad de medios audiovisuales de hoy en día. El problema es que no sólo basta con la consulta de estos medios para saber medianamente algo sobre un tema, pues realmente hay que haberlo trabajado previamente, seleccionando las fuentes más viables o mejor documentadas y teniendo en cuenta la guía y consejos de un conocedor del tema. Es por tanto un arduo proceso que no se ve colmado con el simple hecho de consultar momentáneamente sólo una fuente de información.
            Un ejemplo sencillo para entenderlo: Pongamos que alguien te pregunta qué es un yogurt y tú no lo sabes. Puedes buscar en internet el significado de esa palabra, leer lo primero que salga y recitarlo de memoria pero entonces puedes haberte encontrado con varios problemas: ¿y si no has leído la definición correcta?, ¿y si lo que has leído no está del todo bien explicado, le falta información importante o está distorsionado?, ¿y si no has entendido lo que has leído y al recitarlo has cometido un error garrafal? ¿Cómo sabes lo que es un yogurt si nunca hasta ese momento habías oído hablar de él? No has tenido la oportunidad de ver una prueba documental de que existen ya que hasta el momento en que te preguntaron no tenías ni idea de que existían, ¿existen entonces? Una vez que te han abierto la puerta a este asunto, que hasta el momento ni sabías que existía, pueden surgirte nuevas dudas como  ¿a qué se debe que exista el yogurt? ¿Quién lo inventó y por qué? ¿Repercute el yogurt en mi vida? ¿Repercute el yogurt en las vidas de otros? ¿Ha repercutido el yogurt en las vidas de nuestros antepasados? Y tantas otras preguntas, que al ir resolviendo puedes descubrir que te afectaban o afectan más de lo que pensabas.
            Aprender la historia no es aprender parrafadas de texto de memoria. No puedes llegar a comprenderla sin entender lo que lees, ves, consultas. La historia implica hacerse continuamente preguntas mientras vas recibiendo la información, ordenar las respuestas e intentar darle un sentido cronológico a la información recibida. No es por tanto una mera tarea memorística de personajes, hechos o fechas, sino más bien una labor investigadora, deductiva y crítica, en la que constantemente hay que realizar continuos esfuerzos de contraste, comparación y comprensión.
             Una expresión clásica, muy recitada aunque no por ello menos cierta, si se le diera el valor que tiene y se la tuviera realmente en cuenta es que: "Conocer la historia es conocerse a sí mismo y ayuda a intentar enmendar los errores del pasado", aunque continuamente, al observar que no se suele reconocer esta máxima ni se le da el valor que tiene al estudio de la historia, muchos historiadores nos sentimos como aquel "hidalgo caballero, de cuyo nombre no quiero acordarme" que luchaba una y otra vez contra molinos de viento tangibles o no.
             La Historia suele ser un campo en el que muchas personas centran su atención, atraídas por lo que de ella se desprende o por el uso que le pueden dar. Pero ahí debemos tener cuidado, pues el universo histórico es muy amplio. No sabe más el que se ha empapado en un asunto o tema histórico que le apasiona, pues por regla general sabrá mucho de eso pero poco del resto. Quizás es más conveniente tener una visión histórica general que un gran conocimiento individualizado, sin menospreciar el amplio conocimiento de unos hechos o etapas concretas. También es imprescindible conocer y saber manejar los mecanismos que ayudan a entender o a aprender la Historia, pues sin dominarlos, como en cualquier otra ciencia,  no se puede adquirir un verdadero conocimiento histórico. Otro error muy común en muchas personas que se acercan a la Historia suele ser la prepotencia o el menosprecio hacia los verdaderos apasionados y estudiosos de la misma. Quizás esto es lo que determine que esas personas que no sienten respeto por esta ciencia, al considerar este estudio como algo fácil de entender, explicar o investigar, no sean verdaderos historiadores sino engreídos entes que no verán más allá de lo que sus limitadas miras les permiten. Una gran verdad es que una ciencia no es más ni menos importante que otra ciencia. Al fin y al cabo todas se complementan y en parte se necesitan. El respeto hacia cada una de ellas debe ser la base desde la cual hay que iniciar la aproximación hacia estas. El menosprecio, el creer que se puede aprender, entender, explicar o enseñar simplemente con leer un libro o un artículo colgado en la web o váyase usted a saber dónde descalifica, descarta y aleja a esa persona del verdadero objetivo que se había planteado al principio: conocer, entender y valorar esa materia o ciencia. Otra gran verdad es que por muchos años o vidas que le pudiéramos dedicar a una ciencia, jamás llegaríamos a dominarla por completo. Ahí debe residir el origen de nuestro punto de partida: debemos ser humildes y tener siempre presente esa humildad como principio para comenzar a aprender, entender y respetar. Recuerda que todos siempre podemos aprender algo de los demás, pues no estamos en posesión de la verdad absoluta. El aprendiz aprenderá del profesor, al igual que el profesor aprenderá del aprendiz.
              Por otro lado, en el arduo aunque no menos interesante mundo de la Historia hay que intentar  ser lo más objetivo posible y en parte crítico, tanto a la hora de entender como de exponer los hechos, pues si se cae en el error de manipularla o falsearla para demostrar unas ideas, no se estará comprendiendo ni valorando la Historia, sino mintiendo y distorsionándola con unos fines que para nada corresponderán con lo que la Historia o los historiadores deben ser.
           
Tras todo ello responde a las siguientes preguntas:  
¿Qué es para tí la historia?

¿Para qué sirve y puede servir la historia? 

¿Crees que es importante el concimiento de la historia? razona tu respuesta.

Wordle: ¿Para qué sirve la Historia?