A
pesar de la importancia que supone un rescate económico,
tienden a obviarse por parte de la clase política las
peculiaridades, pormenores, exigencias y sacrificios que ello
conlleva. Es por ello que resulta interesante en estos tiempos que
corren dejar claras las diferencias entre los tipos de rescates,
con el fin de entender lo que está ocurriendo y conocer las
contrapartidas que se derivarán de ello, a tenor del rescate a los bancos españoles hecho público el día 8 de junio de 2012.
De
esta forma, aquí se exponen algunas claves para entender la
diferencia
entre rescate a los bancos y al país.
“Primera:
la principal diferencia entre rescatar al país o a su banca es que,
cuando el Eurogrupo aceptó financiar el agujero de la banca, sin que
España sea rescatada, nuestro
país garantizó mantener su soberanía
y evitó una fuga masiva no ya de depósitos, sino de inversión
extranjera (lo que hubiera sido definitivo).
Aunque
sería iluso pensar que las líneas maestras de la política española
no están condicionadas por Europa y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) desde mayo de 2010, la diferencia entre la situación actual y
ser gobernado por una troika formada por el FMI, el BCE y Bruselas
es enorme”.
En
el caso de que el rescate hubiera sido destinado al país,
como la única prioridad del BCE, del FMI y de Bruselas sería
recuperar el préstamo, aplicarían
desde el primer día medidas aún más drásticas que las ya
aplicadas
dirigidas a garantizar el cobro: mayor despido de funcionarios, mayor
rebaja de sueldos, bajada de las pensiones, mayor retraso de la edad
de jubilación, mayor recorte de las ayudas sociales, mayor subida de
impuestos, mayor congelación o recorte de inversiones públicas...
Ahora,
en cambio, “estas decisiones tan drásticas se
deberán aplicar en las entidades rescatadas,
que deberán sufrir duros ajustes de plantilla, oficinas y sueldos,
además de que deberán verse obligadas a vender todo lo que puedan
para devolver cuanto antes el dinero.
Pero
el resto de los ajustes, los que afectan al país, seguirá
decidiéndolos el Gobierno”, aunque con las directrices que le
llevan marcando: Europa, sus propios intereses ideológicos
neoliberales y sus concepciones elitistas-religiosas-conservadoras.
“Segunda:
el caso de España ha obligado a romper las reglas. La
normativa hasta ahora exigía que los países pidan un rescate para
poder inyectarles dinero, y en este caso no ha sido así.
¿Por
qué se le ha concedido este privilegio? Las razones son muchas, pero
detrás está, innegablemente, que Europa no se puede permitir
rescatar a España como país pues no sólo supondría un suicidio
económico para Europa”, sino que rompería el último dique de
contención que frena la ruptura definitiva de la UE, (tras ello la
caída de Italia sería inminente, lo que arrastraría también a
Francia y al euro). También debe tenerse en cuenta que este rescate
se produce en un momento
muy interesante,
pues en unos pocos días se celebran las elecciones
en Grecia
y hay que presionar para que el gobierno que allí se imponga sea un
buen títere. Tampoco menospreciar que el miedo
que infunde este mal entendido rescate
en la población española la hace aún más proclive a la
resignación hacia los recortes recientemente aplicados y los nuevos
que van a llegar, al tiempo de que la celebración de la Eurocopa se
convierte en un dulce elixir que atontece las mentes, creando el
cócktail apropiado de shock y circo que transforma a la población
en un rebaño dócil de borregos.
Tener
en cuenta que “Alemania
ha terminado aceptando esta inusual forma de rescate,
asustada por la amenaza que llegó el viernes por parte de Moody's,
de que las tensiones en la eurozona podría llevarle a perder su
triple A, y por las presiones de Estados
Unidos,
FMI, BCE y Comisión Europea, que llevan tiempo pidiéndole saltarse
las reglas.
Tercera:
El FMI
supervisará la inyección a la banca, no
participará
en ella, punto crucial, porque todo rescate incluye su presencia. Por
tanto, no es sólo que la troika no aterrizará mañana en Moncloa,
sino que el Fondo Monetario, al quedarse fuera, marca las distancias
con lo que sí es un rescate.
Cuarta:
Según el acuerdo la propia banca
deberá pagar el grueso de su rescate,
no los ciudadanos, como sí ocurre cuando se rescata a un país. Esto
es así porque el Gobierno previsiblemente nacionalizará la mayoría
de las entidades que pidan ayuda (si no todas), como ha hecho con
Bankia,
y una vez saneadas, las venderá para devolver el dinero.
Según
el FMI, el 70%
sector financiero español está sano,
y sólo un 30% necesita ayuda. Si estas cifras se cumplen, cuatro
bancos tienen garantizada su nacionalización: Bankia,
Novacaixagalicia, Catalunya
Caixa
y Banco
de Valencia.
Ellos cuatro ya representan el 20% del sector.
¿A
quién se venderán? La pregunta del millón, pero no se puede
descartar que entonces Europa se cobre parte de la ayuda española y
dentro de unos años veamos a un gran número de entidades
extranjeras haciéndose con un tercio de nuestro sistema
financiero.
Por
el camino, eso sí, todos los españoles pagaremos la ayuda a la
banca, porque como reconoció el propio Guindos, los
intereses de ese crédito computarán como déficit
y, hasta que se vendan los bancos y se salden los préstamos, esta
irá sobre las espaldas de todos los ciudadanos en forma de deuda
pública”.
Quinta:
¿Dónde está el presidente del gobierno?
Al día siguiente de hacerse público el rescate para los bancos,
según estaba planeado marcha a Polonia a ver el estreno de la
selección española de fútbol en la Eurocopa, pero antes, y debido
a la presión mediática, debe realizar una comparecencia pública en
la que no aclaró mucho más de lo que el ministro de economía dijo
el día anterior. También resulta llamativo que fuera el ministro de
Economía, Luis
de Guindos,
quien diera la cara el día que se hace pública la noticia del
rescate a los bancos.
Esta
escenografía demuestra que España como país no era la que pedía
el rescate, “porque esa labor correspondería al presidente del
Gobierno”.
Por
último, se debe tener muy clara esta diferencia en el rescate
recibido, ya que podría ser utilizado para justificar más recortes
que afectarían nuevamente a la sociedad, cosa que carecería de
cualquier lógica, ya que en estas circunstancias los que deben hacer
los recortes son los Cajas y Bancos.
¿Qué
sería lo exigible en esta situación?
Como
ciudadanos, aparte de exigir una explicación clara y razonada con
todo detalle de lo que ocurre y, de exigir y hacer que los culpables
de esta situación respondan por ello, deberían también exigir una
exposición detallada de las contrapartidas de este rescate, es decir
¿cómo afectan a la sociedad? Y ¿qué van a tener que hacer los
bancos y cajas afectados?.
Adaptación libre
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